INVER-VERALES
Se suspenden los fríos -rigurosos y glaucos-
y se abren las
puertas ante las hojas nuevas
que enmarcan el camino por el que se
retiran
las tardes de indecisiones y café con pan y mantequilla.
El invierno se ha ido sin notarlo siquiera,
aún perseveran
frías las noches sonrosadas
y en los amaneceres -abiertos y
entusiastas-
el botellón del parque se llena de cristales
y
pájaros hambrientos.
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© MAR – 13/05/10