HABITADA DE PENUMBRAS - V
V
Indagaré, como el sol,
por todas las rendijas de la casa.
Discutiré con las plantas
y con la sórdida tristeza de los espejos
que me miran desde las ruinas de los días.
Te hablo ahora
desde la evocación de los desesperados nómadas de la calma.
No es para afianzar tus ojos en mi pecho,
ni para colmar de besos tu rostro anaranjado,
sino para encender tu vida.
Como una ternura ascendiendo.
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