. La Bahía de Mar: Me va la vida en ello - IndahEncadenados

miércoles, julio 27, 2005

Me va la vida en ello - IndahEncadenados

"Pero, quiero que me digas, amor, que no todo fue naufragar por haber creído que amar era el verbo más bello. Dímelo, me va la vida en ello." Luis E. Aute.("Me va la vida en ello") Me he pasado la noche destruyendo los nombres de mis calles para no volver a salir, para poder decir con la verdad: ¡ven, amor, a rescatarme! He tapiado puertas y ventanas, he destrozado escaleras de incendios, mecánicas y las corrientes de sube-baja a "pura mano", para no volver a salir, para poder decir: amor, te lo suplico, ¡ven a rescatarme! ¿Es que no los ves? Están ahí, ahí: los objetos bebiéndose la luz, negándomela: los "despiertos que sueñan otras vidas." Mi cuerpo se arma de paciencia: "Cierto que huí de los fastos y los oropeles, (y las manos de su contraria, lo desarman) y que jamás puse en venta ninguna quimera." (Aute) por eso, armada de paciencia y de impaciencia, acaricio, con los ojos cerrados, las más bellas. Mira, amor, que si no vienes, habré de regresar a aquel pálido invierno, a lo último que recuerdo sin ti, y me desvelará de nuevo una palabra en medio de mis sueños y febrilmente escribiré un poema: "Corazones de fuego, prisiones, abandonos; robadas alegrías con ojos de cristal anhelantes y despiertos que sueñan otras vidas distintas en mundos lejanos." Rezo para que nunca más ocurra, son palabras y versos reservados, que tienen su sitio reservado en la única pared que gritando: ven, amor, a rescatarme, he dejado en pie mientras buscaba otra palabra, otra, que te hiciera feliz. Me siento en el suelo, en medio de la nada, y, como una niña, temo a esas criaturas de la noche, a los relojes, a los espejos que puedan secuestrarme, arrancarme; privarme de mi último pensamiento para ti; y lloro: "detrás de una cómplice y gélida ventana acariciamos teclas muertas, inventamos la magia con palabras precisas, largos silencios búsquedas quietas, tristes, calladas, tortuosas" lloro por ti, por ti; lloro por ti sin ti, y, a la Muerte, le hago vomitar palabras robadas a otras bocas, palabra que no quiere decir, que no quiere decirme. Ella se ríe a carcajadas; sólo, dice, quiere las mías; aún no lo sabe, jamás imaginó que me resistiría: con uñas y diente le arranco su máscara burlona, y congelo su risa de pirómana y sus versos de luto -oscuros iceberg- que rasga el nombre de los míos. dímelo, amor: "Dímelo, me va la vida en ello." Siento sus dedos sobre mí, y un escalofrío: mi piel vuelta poema, cruje, y la maldice: Vieja bruja, ¡Dios te maldiga, y te fecunden los machos estériles de mil guerras hasta que no te quede aliento, ni memoria! Qué quieres, di, ¡qué quieres!, ¿mis palabras? Pues ahí las tienes: y se las escupo, una por una, a la cara. Palabras cuarteadas, amarillentas, cubiertas con una espesa capa de silencios, palabras embozadas, muertas. Ahí tienes: las que jamás salieron de mi boca, las que me ahogaban y ahora me contemplan, me acusan y, desamparándome, confunden mi lengua con la tuya (no me quedarán años, aunque quisiera, para aprender de nuevo sus significados.) "Ante otro "más de lo mismo" creí en lo distinto porque vivir era búsqueda y no una guarida." (Aute) Ante el conjuro, huye, y yo grito: amor, te lo suplico, ¡ven a rescatarme! libérame de esta guarida, y "dímelo, me va la vida en ello" A mis pies, rozando aún ligeramente mis tobillos, se termina la noche: "So(n)mos almas que esperan juntas y expectantes -sin arrepentimientos- alados caminantes de huellas borradas, espejos de plata" no ella y yo, no, tú y yo: porque las dos sabemos cuánto duelen la esquirlas de un poema, y cuánto, luchar por lo que amamos. ¡Ah!, las palabras, las palabras cuarteadas, amarillentas, cubiertas con una capa de silencios espesos, ahogadas, embozadas, las que jamás salieron de mi boca: ¿no lo comprende, amor?, me va la vida en ello. "Amados y especiales pirómanos del hielo que ahuyentan la soledad y el miedo": Este miedo, éste: ¡este miedo a olvidar!, a que me olvides. [©Indah. Marzo de 2003]